Podría parecer
que la sangre no es más que sangre, pero, a pesar de que todas las muestras
contienen glóbulos rojos, glóbulos blancos, plaquetas y plasma, varían los
tipos de marcadores que están en la superficie de los glóbulos rojos. Estos
marcadores son conocidos como “antígenos”.
Estas
diferencias en los tipos de sangre fueron descubiertas en 1818, cuando el
obstetra James Blundell transfundió a una mujer embarazada, que tenía
hemorragia, sangre de su marido. Posteriormente, continuó haciendo
transfusiones, de las cuales sólo la mitad tuvo éxito. La razón de los fracasos
fue la incompatibilidad de grupos sanguíneos.
Los antígenos
son básicamente proteínas y carbohidratos que sobresalen de la superficie de
los glóbulos rojos. A pesar de que éstos son microscópicos, pueden influir
considerablemente en que la sangre sea aceptada o rechazada al recibir una
transfusión.
Hay 4 grupos
sanguíneos principales: A, B, AB y 0. La sangre del tipo A tiene Antígeno A; la sangre del tipo B tiene el
Antígeno B; la sangre del tipo AB tiene antígenos A y B; y la sangre del tipo 0
no tiene antígenos.
·
El grupo A tiene el antígeno A en los glóbulos
rojos y el anticuerpo B en el plasma. Puede donar a grupos A y AB, y puede
recibir de A y 0.
·
El grupo B tiene el antígeno B en los glóbulos
rojos y un anticuerpo en el plasma. Puede donar a grupos B y AB, y puede
recibir de B y 0.
·
El grupo AB tiene antígenos A y B en los glóbulos
rojos, pero no tiene anticuerpo A ni B en el plasma. Puede donar a grupos AB y
recibir de grupos A, B y 0. Por eso se lo llama “receptor universal”.
·
El grupo 0 no tiene antígenos A ni B en los glóbulos
rojos, pero tiene en el plasma los anticuerpos A y B. Puede donar a todos los
grupos, por eso se lo llama “donante universal”. Únicamente puede recibir de
grupos 0.
Además, existe
un marcador adicional, denominado “factor Rh”. Este factor clasifica a la
sangre como “Rh positivo” (que tiene el factor Rh) y “Rh negativo” (que no
tiene el factor).
Al final, los
tipos de sangre resultan ser 8: A+, A-, B+, B-, AB+, AB-, 0+ y 0-.
La clave es que
el cuerpo está acostumbrado a tus glóbulos rojos con o sin proteínas en la
superficie. Por eso, si una persona recibe su mismo tipo de sangre no hay
problema: el cuerpo la reconoce. Pero si eres de un tipo de sangre y recibes
otro, tu cuerpo lo desconoce, lo toma como agente extraño, y ahí es cuando el
sistema inmunológico se pone en marcha: los glóbulos blancos comienzan a atacar
a los glóbulos rojos desconocidos.
La transfusión de sangre es uno de los
procedimientos que se realizan más frecuentemente en los hospitales para salvar
vidas. Por lo tanto, siempre se necesitan donantes de sangre. Pero es
importante conocer el grupo sanguíneo de la persona y su compatibilidad, para
evitar que su sistema inmune reaccione para destruir los agentes desconocidos.
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